EN LA TORMENTA

Decía Sión: Me ha dejado el Señor, mi Dios se ha olvidado de mí. ¿Se olvida una madre de su criatura, deja de amar al hijo de sus entrañas? Pues aunque una madre se olvidara, yo jamás me olvidaré. (Isaías 49:14-15) Todos los problemas en la vida son consecuencia del pecado. Si, ya sé que es una simplificación de algo mucho más complejo. Sin embargo, si lo pensamos bien, veremos que la mayoría de las cosas que vivimos y experimentamos tienen su origen en las consecuencias de nuestras propias decisiones, o bien en que sufrimos las consecuencias de las decisiones de otros, sean cercanos -nuestro entorno más próximo- o lejanos -el ambiente social, político y económico en el que nos desenvolvemos-. Paralelo a esto está el hecho de que somos seres finitos y, consecuentemente, enfermamos y morimos; ahora bien, esto último, la muerte, también es una consecuencia del pecado. Mi punto es que no hay vida sin sufrimiento y conocer a Dios y tener una relación personal con ...