JESÚS, RESTAURADOR

A la puesta del sol, llevaron ante Jesús toda clase de enfermos, y Él los curaba poniendo las manos sobre cada uno. Muchos estaban poseídos por demonios, que salían de ellos gritando: -¡Tú eres el Hijo de Dios! (Lucas 4:40-41) Pienso que sin un contexto más amplio es difícil entender el total significado de la venida de Dios a nuestro mundo en forma humana. Del mismo modo se hace complicado interpretar su trabajo misional, sus gestos, sus acciones. Nuestra teología es un filtro -ni bueno ni malo, simplemente un filtro- a través del cual observamos el ministerio de Jesús y le damos sentido a cada una de sus acciones. El tradicional, el mayormente usado hasta ahora, es por decirlo de alguna manera, marcadamente espiritualista. Resume el trabajo de Jesús a poder llevar al cielo a la mayor cantidad posible de personas, dejando intactas o pasando de puntillas por otras dimensiones de la realidad humana y no digamos social, económica o política. Este acercamiento no ve ...