OSCURIDAD
Al contrario, se han dejado entontecer con varios pensamientos y su necio corazón se ha llenado de oscuridad. (Romanos 1:21) Físicamente hablando la oscuridad no tiene entidad propia, es tan solo la ausencia de luz. Cuando la esta se retira gana terreno la oscuridad, va llenando todo el espacio que la luz abandona y, cuando esto sucede, y más profunda y penetrante se vuelve la oscuridad, más vamos perdiendo la capacidad de ver, de discernir matices, de ubicarnos, de tener un sentido de dirección y fácilmente puede crecer el miedo y la inseguridad que acompañan a la oscuridad. Dios es luz, por tanto, cuando nos alejamos de Él, ya sea fruto de una rebelión activa o una indiferencia pasiva, ese terreno se va llenando de oscuridad y las consecuencias que de ello se derivan. Nuestro discernimiento espiritual pierde nitidez, nuestra capacidad de ubicarnos en el mundo en que vivimos se diluye, nuestra capacidad de distinguir el bien y el mal se enturbia, nuestro sentido de orientación, tan