ENCUENTROS CON JESÚS: UN POSESO, LIBRE DEL PECADO QUE NOS ESCLAVIZA
Como vimos ayer, el encuentro de Jesús le produjo libertad de su esclavitud espiritual. Enfatizaba la idea que cuando nos encontramos con el Maestro, Él trae libertad a nuestras vidas. Nos libera de las mentiras de Satanás; mentiras acerca de nuestra identidad, dignidad, valor, amor y aceptación de parte del Señor. Mentiras que, en muchos casos, nos han acompañado desde nuestra niñez. Mentiras que, de forma inconsciente, determinan cómo nos vemos a nosotros mismos y la realidad. Pero el encuentro con el Maestro también nos ha de liberar del pecado. No solamente en términos jurídicos -es decir, que somos declarados justos y, por lo tanto, no podemos ser condenados- , sino también en nuestra vida cotidiana. Porque podemos ser jurídicamente libres y, sin embargo, vivir en la práctica como auténticos esclavos. Jesús en el ya citado pasaje del evangelio de Juan lo indica así, todo aquel que hace pecado se convierte en un esclavo del mismo. El proceso es muy sencillo. Yo, haciendo uso de l