1 PEDRO: ESPERANZA
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que, por su inmenso amor y mediante la resurrección de Jesucristo triunfante de la muerte, nos ha hecho renacer a una esperanza viviente. (1 Pedro 1:3) La imagen es de la destrucción en Gaza. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Puede ser, pero una vez perdida ya no queda absolutamente nada y se puede vivir con muchas carencias y dolor mientras haya esperanza, pero cuando está ha desaparecido sólo se sobrevive, se malvive. Imagínate cómo debe ser la vida en Gaza u otros zonas devastadas cuando no hay esperanza de que el futuro pueda ser diferente. Los seguidores de Jesús tenemos esperanza. La esperanza bíblica no es un deseo -como el de la persona que le gustaría ganar la lotería- sino la certeza de que el futuro será diferente tanto para nosotros como para el resto del universo. Es la certeza de que su Reino -ahora presente pero no culminado- se establecerá y que su voluntad ¡Por fin! será hecha en la tierra como se