CUARESMA, DÍA 23
El Señor le preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel?. —Génesis 4:9 Dios continúa con sus preguntas potentes. La pregunta que le hizo a Adán tenía como finalidad ayudarle a reflexionar acerca de su situación con Dios, la pregunta que el Señor le hace a Caín, como la anterior, no tiene como propósito darle a Dios una información que conoce de sobra, antes bien, favorecer el proceso de reflexión, el inclinarse hacia atrás y ganar distancia y perspectiva que Caín precisa después de haber matado a su hermano Abel. La Cuaresma, a través de esta pregunta del Señor, nos invita a que pensemos acerca de qué actitud tenemos hacia nuestro prójimo, qué marca la relación con un mundo roto y necesitado, qué nos caracteriza en lo que concierne a ser sensibles a las necesidades de las personas que nos rodean, sean estas físicas, emocionales, materiales, intelectuales, o de otro tipo. La pregunta, en toda su sencillez, fuerza la reflexión tanto si lo queremos como si no.