POR UN PLATO DE LENTEJAS
Estoy que me muero de hambre ¿Qué me importan a mí los derechos de primogénito?... Entonces Jacob sirvió a Esaú pan y el potaje de lentejas. Esaú comió y bebió, se levantó y se fue. Así fue como Esaú malvendió sus derechos de primogénito. (Génesis 25:32-34) La ilustración que encabeza esta entrada representa la venta por parte de Esaú de sus derechos como hijo mayor. Así fue como la visualizó el pintor del siglo XVIII. Esaú plantea un serio reto al que todos nos debemos enfrentar ¿Qué hacemos con nuestras necesidades inmediatas? ¿Cómo manejamos el postergar la gratificación instantánea de las mismas? ¿Cómo resolver la tensión entre la inmediatez y la consecución de metas o logros a medio y largo plazo? ¿Qué precio pagamos cuando sucumbimos a esa inmediatez? Eso nos enseña la experiencia de Jacob. Sus palabras son claras y contundentes. El día de mañana con sus eventuales recompensas está demasiado lejos. De qué sirven los goces del mañana ante las necesidades...