DIGNO O INDIGNO

Pero el padre ordenó a sus criados: "¡Rápido! Traed las mejores ropas y vestidlo, ponedle un anillo en el dedo y calzado en los pies. Luego sacad el ternero cebado, matadlo y hagamos fiesta celebrando un banquete. Porque este hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y lo hemos encontrado" Y comenzaron a hacer fiesta. (Lucas 15:22-24) El hijo pródigo, protagonista de tantos sermones, tenía un claro sentido de la justicia. Su moralidad estaba intacta; así lo demuestran sus razonamientos. Era plenamente consciente de haber pecado, no sólo contra Dios, sino también contra su padre. También se daba cuenta que era de justicia que, en caso de ser admitido, no lo fuera en su antigua condición de hijo. Ya no era digno de ello. Había deshonrado gravemente a su familia y, especialmente, a su padre. Se conformaba con tener el estatus de un simple jornalero, alguien que trabajaba a cambio de un salario pero que no pertenecía a la familia. Entendía que se tra...