GRACIA Y MÁS GRACIA
Y si siendo enemigo, Dios nos reconcilió consigo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón, ya reconciliados, nos liberará y nos hará participar de su vida. (Romanos 5:10) Dios es un tramposo del cual uno no puede fiarse. De forma constante nos observa con el ceño fruncido y mueca de disgusto ante nuestras inconsistencias, contradicciones y pecados. En mi experiencia eso lleva a algunos a un cansancio ante la imposibilidad de vivir con las expectativas del Señor y, consecuente a abandonar la relación para rebajar la presión y experimentar un mínimo de libertad. Otros viven bajo la Ley a pesar de haber sido salvados por la gracia. Entendieron esta última como medio de salvación, pero no han sabido integrarla como medio para lidiar con la vida cotidiana. La recepción en la casa del padre -usando la comparación con la parábola- fue buena, el rostro amoroso y cálido de padre nos acogió. Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando nos mostró su verdadera faz, aquella gracia se acabó y