CUARESMA, DÍA 7
Mira, si me conduzco mal y guíame en el camino eterno. (Salmo 139:24) La palabra reflexión proviene del latín y tiene el sentido de inclinarse hacia atrás para ganar distancia y perspectiva. Reflexionar es un arte perdido que para nada es potenciado por nuestra sociedad llena de ruido y velocidad. No tenemos tiempo para hacerlo, pero tampoco nos gusta llevarlo a cabo por la incomodidad que puede producir aquello que vemos. Precisamente, por eso, la iglesia instituyó la Cuaresma como un tiempo para reflexionar. Caminar en la Biblia es un sinónimo de la vida cotidiana. Hoy se nos invita a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y, con la ayuda del Espíritu de Dios, poder detectar aquellas conductas que no le honran, que no son para nada dignas de Él y, naturalmente, actuar en consecuencia. ¿Qué ves con la ayuda del Espíritu de Dios acerca de tu estilo de vida? ¿Qué deberías cambiar? ¿Qué paso, por pequeño que sea podrías dar como respuesta?