JESÚS ENTRE NOSOTROS, 2

Jesús se echó a llorar. (Juan 11:35) Jesús no únicamente anduvo en medio nuestro, fue uno con nosotros. ¿Qué sentido tiene llorar por tu amigo muerto si sabes que en cuestión de minutos lo vas a resucitar? No tiene el más mínimo, salvo que sea una reacción típica y puramente humana ante la pérdida de alguien querido. Llorar es humano. Jesús fue humano, plenamente humano. Las páginas de los evangelios dan muestras una y otra vez de la genuina humanidad del Maestro de Galilea. Lo vemos experimentando las dimensiones físicas -hambre, sed, sueño, cansancio, dolor- y psíquicas -angustia, ira, tristeza, abatimiento, abandono, rechazo- de la realidad humana. A mis ojos eso tiene un increíble valor. Un Dios que ha experimentado mi realidad y limitaciones puede entender la complejidad del ser humano. Todo lo vivió, a excepción del pecado, incluyendo la tentación y la muerte, la más democrática de todas las experiencias humanas. Por tanto puedo establecer un...