NÚMEROS PARTE I/ LA GENERACIÓN DEL DESIERTO/ CAPÍTULO 9
Daba lo mismo que fueran dos días, un mes o un año; mientras la nube permanecía sobre la Morada [Tabernáculo], los israelitas permanecían acampados y no se movían; solamente cuando la nube se levantaba, ellos partían. Para el pueblo de Israel en el desierto no había problema para discernir qué deseaba Dios. Las señales eran visibles, claras, notorias, contundentes y todo el mundo podía verlas, simplemente tenían que mirar. A lo largo de mi experiencia pastoral he visto que uno de los problemas que más angustia a las personas es, precisamente, discernir qué quiere Dios para sus vidas. Esto afecta tanto a decisiones de gran calado, llamémoslas estratégicas, como las de pequeña importancia, denominémolas tácticas. Es una preocupación normal, habitual y legítima. Muchas personas desearíamos tener evidencias tan claras y notables como la nube y la columna de fuego. El pueblo de Israel sólo tenía que mirar, sin embargo, también he comprobado en mi experiencia como pastor q