PABLO A LOS ROMANOS ESTUDIO 18: LIBERTAD EN JESÚS
Los que viven entregados a sus desordenadas apetencias humanas, sienten y piensan según ellas; en cambio, los que viven a impulsos del Espíritu, según él sienten y piensan. Y sentir conforme a las desordenadas apetencias humanas lleva a la muerte, mientras que sentir conforme al Espíritu conduce a la vida y a la paz. Nuestro genoma espiritual afectado por el pecado únicamente puede producir muerte en el sentido más amplio del término (destrucción, corrupción, decadencia, degradación, etc.). Aunque gracias al sacrificio de Jesús el pecado ya no puede condenarnos (Pablo afirma en este pasaje que Jesús dictó sentencia condenatoria contra el pecado) sus efectos son y pueden continuar siendo muy reales en nuestra vida. Por eso necesitamos ese proceso de rehabilitación y restauración que Dios lleva a cabo en nuestra experiencia humana y que, seamos realistas y honestos, durará toda la vida y no concluirá hasta que estemos en la mismísima presencia de Dios una vez en la eternid