ALGUIEN PAGA
Sigo avanzando, no sin dificultad de concentración, en la lectura de Levítico. En los capítulos que estoy leyendo se habla de forma constante de los sacrificios que se han de ofrecer por el pecado. Uno de los muchos fragmentos que repiten el procedimiento dice así, En presencia del Señor pomdrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto. A mi mente ha venido la cruda realidad de que cuando yo peco, cuando yo, haciendo uso de mi libertad, decido vivir al margen de Dios, alguien tiene que asumir la responsabilidad por las consecuencias. Por eso fue establecido el sistema de sacrificios, para que yo no tuviera que pagar, debía de pagar un inocente en mi lugar. Los sacrificios de Levítico son simplemente una sombra, una ilustración, de aquel sacrificio definitivo que Jesús hizo en la cruz por mí.