EL CORAZÓN HUMANO ES ENGAÑOSO
Nada hay más engañoso que el corazón; no tiene remedio ¿quién lo conoce? Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el interior de las personas, (Jeremías 17:9-10) Es bien cierto que el corazón es engañoso. Nuestro corazón puede engañarnos incluso a nosotros mismos. Puede hacernos creer aquellos que deseamos creer, que nos interesa creer, que nos conviene creer. Pienso que la Biblia dice, por medio de estas palabras, que el corazón no es fiable, no es confiable y que, por tanto, necesitamos permitir que sea el Señor quien lo examine, quien sondee nuestro interior y nos muestre lo que realmente hay dentro de él. Creo que cuando el Señor lleva a cabo ese trabajo, cuando le permitimos que lo realice, es como si nos miramos en un espejo. Los espejos no engañan, reflejan lo que hay, nos guste o no nos guste. Pero al reflejar la realidad no dan la oportunidad de cambiar y de rectificar, nos dan la oportunidad de actuar para mejorar. Es arriesgado permitir que el Señor examine y sondee nuestro