SALMO 57/ BAJO TUS ALAS

Apiádate de mí, oh Dios, apiádate, que en ti pongo mi confianza; bajo tus alas me refugiaré hasta que pase la desgracia. (Salmo 57:2) La vida nos trae de todo, momentos buenos y momentos malos; alegría y tristeza; fortaleza y debilidad; ánimo y cansancio. Hay que aceptar las cosas como vienen, especialmente cuando no podemos hacer nada al respecto, cuando carecemos de control. No queda más remedio que aguantar el chaparrón hasta que pase y, esperar que lo haga lo antes posible. Al leer el salmo, escrito por David en uno de esos momentos que antes he descrito, ha llamado mi atención la expresión "refugiarme bajo tus alas" y, mi cerebro ha hecho la conexión con este noble animal y su actitud vigilante, defensiva, protectora de sus aguiluchos. La foto me transmite la fuerza de la idea; la ilustración me hace sentir que alguien vela sobre mí dispuesto a todo para protegerme y formarme. La imagen me transmite la paz que las palabras del salmista trataban de expresar. ...