HABACUC/ AGUARDAR LA RESPUESTA DE DIOS/ HABACUC 2:1

Voy a apostarme en mi puesto de guardia, voy a instalarme en mi atalaya; aguardaré para ver qué me responde Dios, qué puede replicar a mi queja (Habacuc 2:1) El profeta le presentó sus preguntas y quejas al Señor y esperó una respuesta, esperó pacientemente y deduzco del tono del pasaje que obtenerla le pareció lo más normal y natural del mundo. Pienso, con total sinceridad, que es una actitud que tenemos todo el derecho del mundo a imitar, que podemos presentar nuestras dudas, preguntas y quejas a nuestro Dios y esperar que obtendremos una respuesta respecto a las mismas. También creo, sin embargo, que hay algunos principios que deben tenerse en cuenta y que deben aplicarse si uno desea escuchar la voz del Señor en su vida. El primer principio, es el derecho a oírla. En el Evangelio de Juan capítulo diez, por tres veces Jesús afirma que sus ovejas, es decir nosotros, escucharemos su voz y la reconoceremos. Por tanto, se afirma que Dios nos habla y lo ...