ESTAR VIVO
Yo he venido para que tengáis zoe y la tengáis en abundancia (Juan 10:10) Juntamente con el tema de la identidad -quién soy, cómo me percibe Dios-, no podemos ni debemos obviar el tema del sentido, misión o propósito -para qué estoy aquí, qué sentido tiene la vida, para qué vivo-. Los antiguos griegos consideraban resolver esta pregunta una prioridad para cualquier ser humano. Ellos, cuando hablaban de la vida, tenían dos términos diferentes. Bios, se refería a la vida meramente biológica, la que compartimos con el resto de los seres vivos. Zoe, se refería a la vida con sentido, con propósito, la vida trascedente. Un griego sabía que podía estar vivo biológicamente hablando y, a la vez, muerto trascendentemente hablando. No podemos vivir sin zoe. Malvivimos, deambulamos por la vida en busca de sentido y propósito. Bebiendo de todas las fuentes que la sociedad nos ofrece, comprobando que únicamente nos pueden satisfacer temporalmente y que después, la sensación de vacío e