EL PROBLEMA DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO: DESOBEDIENCIA
Fue el ser humano el que introdujo el pecado en el mundo, y con el pecado la muerte. Y como todos pecaron, de todos se adueñó la muerte. (Romanos 5:12)
La muerte, el dolor y el sufrimiento no formaban parte del diseño original de Dios para la creación. Pablo, en su carta a los romanos lo explica con claridad meridiana. La responsabilidad recae sobre el ser humano y su deseo de vivir al margen de Dios, de declararse autónomo, independiente del Señor y su jurisdicción.
Adán y Eva habían sido advertidos de las repercusiones que tendría la desobediencia con respecto al mandamiento de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Ellos conocían y comprendían de modo teórico qué era la muerte y cuáles eran las repercusiones de alienarse de Dios. Prueba de su comprensión es que Eva pudo argumentar claramente con la serpiente acerca de lo que sucedería si decidían comer del fruto prohibido. Lo cierto es que ambos, haciendo ejercicio de su libertad comieron y, consecuentemente, el pecado y todos los efectos colaterales con él asociados, com el dolor el sufrimiento y la muerte entraron en la experiencia humana.
Por eso, hemos de poner siempre todo ello en la perspectiva correcta. No hay epidemia o enfermedad que sea un castigo del Señor sobre un ser humano. El origen hay que buscarlo en el Edén y la actitud de Adán y Eva. Como consecuencia, los efectos físicos, emocionales y espirituales del pecado nos acompañarán siempre hasta aquel día.
¿Por qué es importante entender cuál es el origen del dolor y el sufrimiento?
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