PARÁBOLAS, NADIE SABE NADA



En cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo. Solamente el Padre lo sabe.  Por tanto, procurad estar despiertos, porque no sabéis cuándo llegará el momento.  Es como alguien que, al ausentarse de su casa, confía a sus criados la administración de ella; a cada uno lo hace responsable de su propia obligación, y al portero le encarga que vigile bien. Estad, pues, vigilantes también vosotros, porque no sabéis cuándo va a llegar el señor de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o de madrugada.  ¡Que no os encuentre dormidos, aunque venga de improviso!  Y esto que os digo a vosotros, se lo digo a todos: ¡Estad vigilantes! (Marcos 13:32-27)

A lo largo de los años de mi seguimiento de Jesús siempre me ha llamado la atención lo que llamo "teología ficción". Se trata de todo tipo de especulaciones alrededor de los últimos tiempos y la segunda venida de Jesús. Ambas cosas son bíblicas y todo buen creyente ha de tenerlas incorporadas en su credo, pero, con toda probabilidad ahí acaba todo lo que podemos decir con justicia y propiedad; el resto sería mera especulación que encuentro demasiado osado elevarlo al nivel o rango de doctrina. Dos frases de Jesús en este pasaje me parece que deberían ser las que llamaran y centraran nuestra atención: "nadie sabe nada" y "¡Estad vigilantes!". 

Jesús afirmó desconocer el calendario de Dios al respecto. También indicó que los propios ángeles lo desconocen. Tampoco pareció que eso le importara excesivamente ni fuera un motivo de ansiedad. Entiendo que si Jesús dejó eso en las manos del Padre y continuó con su labor y se centró en ella, ésta sería una buena actitud a imitar y seguir. El Señor sabe y Él siempre cumple sus planes y propósitos para la humanidad. Especular si falta mucho o poco, si los signos son estos o son otros, si hemos de asociar eventos históricos con pasajes bíblicos me parece bien como entretenimiento, pero no nos debe quitar el sueño ni producir ningún tipo de ansiedad como no lo hizo con Jesús. No hay nada que podamos hacer al respecto, simplemente esperar.

Pero si podemos trabajar en nuestra actitud con respecto a la espera del retorno del Señor. Jesús afirma que estemos vigilantes y por eso utiliza esta parábola. La implicación lógica y natural es que dado que no tenemos ni idea del regreso del Maestro, hemos de vivir como si pudiera hacerlo en cualquier momento, y si se diera estuviéramos total y absolutamente tranquilos porque nos encontraría ocupados en los negocios del Padre. Todos los seguidores de Jesús tenemos el llamado a ser agentes de restauración en un mundo roto y constructores del Reino. Si vivimos día tras día ejerciendo nuestro rol en los entornos donde Dios nos ha colocado, no debemos tener ninguna inquietud por la venida del Señor porque cuando se dé, si es que se da en nuestro tiempo de vida, se nos encontrará como buenos siervos centrados en aquello que se espera de nosotros. Creo, con toda humildad, que si todo el tiempo que dedicamos a la especulación escatológica lo invirtiéramos en construir el Reino,  otro gallo nos cantaría. 


De modo práctico en tu vida ¿Qué significaría tener una actitud vigilante? ¿Cuán incorporado tienes esto en tu realidad?

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