PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ LÍCITO Y CONVENIENTE/ 6:12-20
12 Andan diciendo algunos: “Todo me está permitido”. Sí, pero no todo es conveniente. Y, aunque todo me esté permitido, no debo dejar que nada me esclavice. (1 Corintios 6:12)
Pablo no puede ser más contundente al respecto, a los seguidores de Jesús todo les es permitido. Sin duda, luego matiza, no todo conviene y no debo dejarme esclavizar por nada. Estos dos últimos principios nos ayudan a interpretar la primera afirmación pero para nada la niegan.
Cuando yo me planteo la licitud o ilicitud de algo no debo pensar necesariamente en cuál es la opinión de otros al respecto, sino más bien qué impacto va a tener sobre mi vida, mi seguimiento de Jesús y mi ecosistema espiritual. Hay cosas que para un hermano pueden ser convenientes o inocuas y, sin embargo, para mí puede resultar dañinas y perjudiciales y al revés.
Del mismo modo hay situaciones que pueden esclavizarme y controlarme y que, aunque permitidas, para mí son ocasión de vulnerabilidad y pecado. Eso mismo, sin embargo, puede ser totalmente aceptable y no crearle ningún problema a otro seguidor de Jesús.
Creo que debemos ser muy cuidadosos con nuestra propia vida, distinguir muy bien lo conveniente e inconveniente para nosotros, lo que nos produce libertad y lo que nos priva de ella y, al mismo tiempo, ser muy sensibles a los juicios que hacemos sobre los demás teniendo en cuenta este principio que no todo funciona del mismo modo para todos.
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