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Pero Dios, que conforta a los humildes, me reanimó a mí también con la presencia de Tito (2 Corintios 7:7)

Si vemos el contexto de este pasaje Pablo, escribiendo a los corintios, está explicando la difícil situación que tuvo que vivir cuando se encontraba en Macedonia. Explícitamente indica que estaba en un total desasosiego debido a los conflictos externos y al miedo interno. Si, si, estamos hablando del mismo Pablo que escribió: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" y que no siente vergüenza de afirmar que estaba pasando un gran miedo. Pero Dios lo confortó, sin embargo, no lo hizo de forma directa, sino que lo hizo a través de una persona, un ser humano de carne y hueso, Tito.

Es cierto que el Señor es o debe ser nuestra principal fuente de fortaleza, ánimo y seguridad. Pero no lo es menos que habrá muchas ocasiones en que todo esto será provisto por medio de personas que pone cerca de nosotros, a nuestro alrededor. No estoy hablando de depender de una manera poco saludable de otros para nuestro bienestar emocional y espiritual; estoy hablando de estar abiertos a la intervención del Señor por medio del hermano, el amigo, el familiar, el compañero.

¿Quién hay en tu entorno que puedo jugar este papel?

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