CONCIENCIA SEGUNDA PARTE

 



Y es que si los paganos que no tienen ley, actúan de acuerdo con ella movidos de la natural inclinación, aunque parezca que no tienen ley, . La llevan escrita en su corazón, como lo demuestra el testimonio de su conciencia y  sus propios pensamientos, que unas veces los acusan y otras los defienden. (Romanos 2: 14-15)


En la entrada anterior definí que era la conciencia. Todo ser humano, como afirma el apóstol Pablo, tiene conciencia ¿es un trazo de la imagen de Dios, que aunque distorsionada, posee toda persona? Evidentemente, no todos los seres humanos poseen el Espíritu del Señor, solo aquellos que tienen una relación personal con Él, quienes han recibido a Jesús como Señor y Salvador personal. 

Por tanto, estamos hablando de dos realidades distintas, diferenciadas, aunque pueden estar relacionadas. La conciencia responde a una ley universal que, según el apóstol Pablo, está instalada de fábrica en el corazón de todo ser humano y que le obliga a obedecer o, por el contrario, desechar los juicios emitidos por esta. 

Pero, la conciencia por sí misma no es fiable. Comentaba que funciona en base al software que previamente se le ha instalado. Que sus fallos condenatorios o aprobatorios estarán en función de ello. Por tanto, es fundamental determinar con qué software está funcionando, de dónde proviene. 

Pondré un ejemplo, si desde pequeño me han educado con la premisa que comer pescado es pecado y una ofensa contra el Señor; cada vez que coma pecado me sentiré culpable. Sin embargo, eso no significa que el juicio de mi conciencia sea correcto, que su veredicto sea adecuado, lo está emitiendo en base a una creencia cultural.

Pondré otro ejemplo, si desde pequeño me han enseñado a despreciar a las mujeres y considerarlas seres inferiores y sin derechos, cuando las trate de esa manera mi conciencia no me acusará. Sin embargo, su sentencia exculpatoria no significa que sea correcta, está actuando en base a un software cultural equivocado.

En definitiva, la conciencia solo es fiable cuando está dirigida, orientada, enfocada por medio del Espíritu Santo de Dios. Sólo cuando sus juicios están basados en la Palabra es cuando podemos estar seguros de que sus valoraciones sobre nuestra conducta, motivaciones, actitudes, valores, pensamientos, acciones y omisiones son correctos. 

¿De qué se alimenta tu conciencia?





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