SI HUBIERAS ESTADO AQUÍ
Marta dijo a Jesús: — Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. (Juan 11:21)
Estas fueron las palabras que le dijo Marta a Jesús; posteriormente María le repetiría la misma queja. Ambas hermanas estaban totalmente convencidas que la muerte de Lázaro estaba directamente relacionada con la ausencia de Jesús. Y para ser honestos, tenían toda la razón. Creo que todos nosotros hemos echado de menos la presencia física del Maestro en algún momento o circunstancia de nuestra vida; tal vez ahora mismo. Nos hubiera gustado tenerlo presente para poderle pedir consejo, orientación, dirección o, simplemente, consuelo. Pero Él no ha estado y no está con nosotros físicamente.
Jesús estuvo limitado, como ser humano que era, por el tiempo y el espacio. No pudo estar con María y Marta en Betania porque se encontraba en otro lugar haciendo otras cosas. Pero con nosotros no tiene esa limitación. Ha prometido no dejarnos huérfanos; antes al contrario, estar con nosotros cada día hasta la consumación de los tiempos. Y es algo que puede prometer y hacer porque vive en cada uno de nosotros por medio de su Espíritu Santo. El Espíritu lleva a cabo en nuestras vidas las mismas funciones que Jesús hizo con sus discípulos cuando estuvo viviendo entre ellos. Pero eso nos plantea un gran reto: aprender a escuchar la voz del Espíritu en medio de tanto y tanto ruido que hay a nuestro alrededor. Aprender a experimentar su presencia en nuestras vidas y circunstancias; porque todo ello es algo que se aprende.
Jesús vive en ti por medio de su Espíritu ¿De qué formas prácticas lo identificas en tu vida cotidiana?
Comentarios
Publicar un comentario