SALMO 31. ESOS DÍAS DE ANGUSTIA


Pero yo confío en ti, Señor,
digo: Tú eres mi Dios.
En tus manos está mi destino.

Este salmo refleja la oración de alguien que se siente totalmente hundido y destruido. Todo a su alrededor parece desmoronarse y derrumbarse, todo está en contra suya. Refleja los sentimientos de alguien que, verdaderamente, no tienes más fuerzas para seguir adelante, no le queda suficiente ánimo para afrontar la vida ya que, mire por donde mire, no hay ningún signo de esperanza.

Ante tal situación lo único que le queda al salmista es abandonarse en las manos de Dios, recordar y recordarse a sí mismo que, al fin y al cabo, su destino está en las manos de Dios. Es una afirmación, según mi parecer, de esperanza en medio de la total desesperanza, es recordar que, en última instancia, sólo Dios continua siendo, como afirma en otros lugares del salmo, la roca fuerte donde uno puede esconderse.

Para mí, es un salmo de alivio, esperanza y ánimo. Es una salmo que pone palabras a emociones que, en ocasiones, vivo y no sé cómo expresar. Es un salmo que mezcla la angustia, el miedo, la desesperación con un sentido de abandono en aquel en quien en definitiva podemos descansar ya que tiene el control de la macro historia y la micro historia, la mía personal.

Un principio

Es bueno saber que nuestra vida no está a merced del azar.

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