LA VERDADERA ESPIRITUALIDAD

Hoy he leído Isaías 58. No es la primera vez que me han impresionado las palabras del Señor contenidas en este capítulo y dirigidas a su pueblo.
Se hace un contraste entre la religiosidad formal -ejemplificada aquí por el ayuno- y la espiritualidad genuina. El Señor dice respecto a esta última:
El ayuno que a mí me agrada consiste
en esto:
en que rompas las cadenas de la injusticia
y desates los nudos que aprietan el
yugo;
en que dejes libres a los oprimidos
y acabes con toda tiranía;
en que compartas tu pan con el
hambriento
y recibas en tu casa al pobre sin techo;
en que vistas al que no tiene ropa
y no dejes de socorrer a tus
semejantes.
en esto:
en que rompas las cadenas de la injusticia
y desates los nudos que aprietan el
yugo;
en que dejes libres a los oprimidos
y acabes con toda tiranía;
en que compartas tu pan con el
hambriento
y recibas en tu casa al pobre sin techo;
en que vistas al que no tiene ropa
y no dejes de socorrer a tus
semejantes.
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