ENCUENTROS CON JESÚS: PERSONAS QUE FUERON ALIMENTADAS

 



Estoy seguro de que me buscáis no por los milagros que habéis visto, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Deberíais preocuparos no tanto por el alimento transitorio, cuanto por el duradero, el que da vida eterna. Este es el alimento que os dará el Hijo del hombre, a quien Dios Padre ha acreditado con su sello. (Juan 6)

Las personas que participan de este encuentro con Jesús son parte de las que poco antes habían experimentado el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.
Honestamente, puedo entender su razonamiento: hay alguien que tiene la capacidad de sacar pan y peces de la nada, de calmar nuestra hambre de forma permanente, hagámosle rey. Consecuentemente, comenzaron un viaje arriba y abajo a lo largo del lago en busca de Jesús.

Ellos buscan satisfacer sus necesidades materiales; Jesús les indica que ese no es el propósito de su venida. No que no las considere importantes, si así fuera, no los habría alimentado, sino que hay otras necesidades más profundas, más importantes, más prioritarias que son el objetivo de su ministerio. El quiere proporcionarnos una vida abundante (Juan 10:10), con propósito y sentido, y una vida eterna.

Hay una teología, muy en boga, especialmente entre los que desconocen la Escritura, que concibe a Dios como una máquina dispensadora de bendiciones o una aseguradora contra cualquier tipo de desgracia, dolor y sufrimiento. De bendición en bendición, de prosperidad en prosperidad, cada vez más. No es de extrañar que cuando el dolor, el sufrimiento, la tragedia golpean sus vidas como las de cualquier otro ser humano, no sepan como reaccionar. Ese no es el Jesús que andaban buscando.

Tú ¿Qué Jesús buscas, el de las Escrituras o el de la teología popular?



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