PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ GANAR LA CARRERA/ 9:
Ustedes saben que en una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio. 25 Los que se preparan para competir en un deporte, evitan todo lo que pueda hacerles daño. Y esto lo hacen por alcanzar como premio una corona que en seguida se marchita; en cambio, nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita (1 Corintios 9:24-25)
Pablo habla de algo de todos bien sabido, cualquier deportista, especialmente los de élite, deben de tener una vida muy disciplinada a fin de poder dar la talla a lo hora de la competición. Régimen alimenticio, de sueño, estilo de vida ordenado, prioridades claras y un largo etcétera. Lo que a los ojos de alguien externo puede parecer desesperante para ellos es un precio que pagan gustosos por poder competir y ser buenos atletas.
Siento que una de las grandes mentiras de Satanás es que en la vida cristiana las cosas suceden -o deberían suceder- de forma diferente al resto de los ámbitos de la vida. Existe la extendida falsedad que la disciplina y el seguimiento de Jesús son antitéticos y contrarios. Corre el bulo que en la vida cristiana no hay que esforzarse ni disciplinarse ni trabajar duro, que la madurez, el crecimiento vendrán -o deberían venir- de forma natural, espontánea, fluida e incluso que cualquier tipo de esfuerzo e intencionalidad es contrario a la propia naturaleza de la vida cristiana.
Consecuentemente hay gran cantidad de seguidores de Jesús que son inmaduros, poco formados, inestables, con pocos recursos espirituales e incapaces, ya no sólo de producir un impacto y vivir como agentes de restauración, sino de resistir la presión de la sociedad contemporánea.
y tú ¿Eres también de los que viven esa mentira?
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