PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ OCUPAR TU PUESTO/ 12: 27-31

Es Dios quién ha asignado en la iglesia un puesto a cada uno. (1 Corintios 12: 28)

Este es un principio fundamental que se aplica a todo seguidor de Jesús. Debemos estar donde Dios quiere que estemos, no donde los demás quieren que, no donde nuestra iglesia u organización quiere que, tampoco donde nuestro pastor -halblo como pastor- quire que estemos. 

Es mi conviccion que cada uno de nosotros tiene una contribución única y singular que hacer al Reino de Dios y, por tanto, es nuestra responsabilidad el poder discernir cuál es la misma para asegurarnos que la vivimos plenamente.

Esta contribución estará íntimamente ligada con nuestro don o dones espirituales y, consecuentemente, discernir cuál o cuáles son estos será el primer paso para vivir con plenitud mi misión o contribución al Reino 

Otros pueden ayudarnos en el proceso de discernir y clarificar nuestros dones, sin embargo, mi experiencia me dice que es la práctica la mejor manera de hacerlo. Me explicaré. Pienso que un seguidor de Jesús debe probar diferentes áreas de ministerio y contribución al Reino y ver aquella o aquellas en las que es evidente que el Señor bendice y prospera. La práctica nos irá ayudando en el proceso de discernir el lugar -no en el sentido geográfico- donde debemos servir y construir el Reino.