GÉNESIS PARTE III/EL CICLO DE ISAAC/CAPÍTULO 26
Estas dos mujeres trajeron muchos disgustos a Isaac y Rebeca.
La familia de Isaac fue, como tantas otras de la Biblia, una familia disfuncional. El padre mentía con relación a su esposa -algo que ya había hecho Abraham con respecto a la suya-, había preferencias hacia los diferentes hijos por parte de un cónyuge y otro -preferencias que después crearon una increíble crisis familiar- y, finalmente, las esposas de su hijo primogénito no hicieron sino aumentar la tensión y la disfunción de aquel núcleo familiar.
Lo cual nos recuerda que las disfunciones son una de las consecuencias de las rupturas que el pecado ha traído a la experiencia humana y que son realidades que en mayor o menor escala se dan en todas las familias.
Lo cual nos recuerda también que la clave del asunto no es el no tener disfunciones, sino qué hacemos con ellas, cómo las manejamos y cómo dejamos que el Señor intervenga en las mismas y las usa para trabajar en nuestras vidas.
Las disfunciones son realidades que, en ocasiones hemos provocado nosotros y en otras somos víctimas. Sin embargo, en un caso y otro tenemos la posibilidad y responsabilidad de presentarlas ante el Señor y preguntarle de qué modo el puede trabajar en nosotros y por medio nuestro en semejante situación.
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