LA PALABRA DE DIOS ES VIVA
En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz. (Hebreos 4:12)
El autor de esta carta dedica un párrafo a describir cómo es, cómo actúa y qué efecto tiene la Palabra de Dios. Vale la pena ver todo ello de forma detenida.
Los judíos consideraban que la palabra era mucho más que simple sonido. Afirmaban que una vez pronunciada tenía existencia propia e independiente. Si lo pensamos bien tiene todo el sentido. Catalina la grande, zarina de Rusia, afirmaba que somos dueños de las palabras no pronunciadas y esclavos de aquellas ya dichas. El libro de Proverbios dedica numerosos párrafos a explicar el poder dañino o benigno que pueden tener las palabras pronunciadas. En la tradición judía se consideraba que las palabras tenían poder. Por eso en la antigüedad tanto bendecir como maldecir era un negocio serio y tomado muy en cuenta por las personas, que buscaban lo primero y evitaban lo segundo. El Señor, hablando por la boca del profeta Isaías, afirmó que su Palabra no volvería a Él vacía sino que cumpliría sus propósitos.
Una buena parte de aquellos que afirman que la Palabra de Dios no tiene nada que aportar al mundo contemporáneo acostumbran a ser los que más la desconocen. Los que de forma habitual la leemos, estudiamos y meditamos no nos atrevemos a hacer una afirmación tan osada; hay, sin embargo, una osadía que nace de la ignorancia. No es raro que cuanto más ignorante se es más categórico y tajante en las opiniones. La Palabra es viva porque viene del Señor y, por tanto, tiene la capacidad de darnos nuevas visiones y nuevas perspectivas sobre las realidades que estamos viviendo. Cierto que el último de sus libros se escribió hace 2000 años pero, al ser animada por el Espíritu de Dios, tiene una capacidad asombrosa de arrojar una luz nueva y clasificadora sobre las paradojas y complejidades de la vida postmoderna que nos presenta retos y realidades que nunca antes había tenido que afrontar la humanidad.
Si consideramos la Palabra como algo vivo podemos y debemos acercarnos a ella con la confianza de que tendrá la eficacia de darnos aquello que necesitamos para afrontar la vida en toda su dimensión y complejidad.
¿Qué significa para ti que la Palabra es viva? ¿Cómo se traduce eso en tu vida cotidiana?
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