EL SERMÓN DEL MONTE 40/ Y LIBRANOS DEL MALIGNO/ MATEO 6



Y líbranos del maligno. (Mateo 6:13)


La identidad del maligno va evolucionando a lo largo de las páginas de las Escrituras. En principio significaba únicamente enemigo, por tanto, cualquier adversario era considerado un satán (puede verse en 1 Samuel 29:4; 2 Samuel 19:22; 1 Reyes 5:4) Posteriormente en el libro de Job la figura tiene la connotación de un fiscal dentro del sistema judicial del cielo y es descrito como uno de los servidores del Señor; no tiene, consecuentemente, la connotación del maligno ni debería ser identificado con él (véase Job 1:6). De aquí, dicen los estudiosos bíblicos, evolucionó y paso de defender un caso a fabricarlos contra los seguidores de Dios. Este es el origen de la palabra "diabolos" que en griego significar mentiroso o difamador; se convierte así en el adversario de Dios y de la humanidad a la que busca destruir tal y como aparece en Génesis 3. Ya en el Nuevo Testamento se nos habla con mayor profundidad de su carácter. Jesús, en el evangelio de Juan lo define como mentiroso y padre de todas las mentiras; Satanás nos hace dudar de las motivaciones del Señor hacia nosotros, como vemos en Génesis 3. Pedro en su primera carta, en el capítulo 5 y versículos del 7 al 9, advierte que siempre está al acecho alrededor nuestro, buscando nuestros puntos de debilidad a fin de destruirnos. 

La petición que nos enseñó Jesús es que Dios nos libre del maligno y su actuación. La propia Escritura nos da tres pautas que podemos aplicar en nuestra defensa. La primera, entender que no existe ninguna tentación que vaya más allá de nuestras fuerzas y capacidades (1 Corintios 10:12-14). En este pasaje Pablo afirma que junto con la tentación, de algún modo, el Señor provee la salida a la misma. La segunda, la presencia de Jesús en nuestras vidas. El apóstol Juan afirma que a pesar de que Satanás gobierna en este mundo, Jesús, quien vive en nosotros, es mayor y más poderoso que él (1 Juan 4:3-5). Finalmente, la sumisión a Dios y su voluntad. Santiago, el hermano de Jesús, afirma tajantemente que si nos sometemos al Señor y sus designios Satanás huirá de nosotros (Santiago 4:6-8).


Satanás es el padre de todas las mentiras ¿Qué mentiras está diciendo de ti, del Padre y de tu relación con Él? ¿Qué ataques del maligno estás recibiendo? ¿Cómo puedes aplicar estas tres pautas en tu vida en estos momentos?

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