ADÁN/ TRANSPARENCIA/ GÉNESIS 2

Los dos, el hombre y su mujer, estaban desnudos pero no sentían vergüenza de verse así. (Génesis 2:25)

Este texto siempre me ha hecho pensar en la idea de la transparencia. Cuando uno está desnudo no hay nada exterior que pueda ocultarse. Transparencia también me hace pensar en la idea de vulnerabilidad total y absoluta frente a uno mismo y el otro. El versículo me indica que ambos podían estar desnudos y no sentían vergüenza. La vergüenza es la conciencia de no ser el tipo de ser humano que uno debería ser. Consecuentemente, ellos no experimentaban ese sentimiento y podían estar desnudos el uno junto al otro. 

Me doy cuenta que ese sentimiento de transparencia y vulnerabilidad también lo experimentaban con Dios, podían estar desnudos ante Él sin experimentar ni vergüenza ni miedo. Sin embargo, cuando desobedecen y rebelan contra el Señor ya no pueden permanecer desnudos, ya no pueden ser vulnerables ni transparentes, ya hay algo que ocultar, en su caso, la desobediencia. Es por eso, como dice el versículo 10 del capítulo 3 que se escondieron, debido a su desnudez. 

En un sentido u otro ninguno de nosotros puede presentarse desnudo ante los demás. No hablo en un sentido físico, hablo en el sentido en que todos tenemos áreas que debemos ocultar, aspectos que no pueden salir a la luz, ámbitos de nuestra vida que nos producen vergüenza y, consecuentemente, deben ser "vestidos", deben ser ocultados de los demás. Lo fabuloso de tener una relación con Jesús en base a la gracia es que nuevamente podemos estar desnudos en la presencia del Señor, no porque no haya nada de lo que sentirse avergonzado, que lo hay, y mucho. Sino porque hay alguien que nos ama, acepta, no nos rechaza y no siente asco de nosotros a pesar de todo eso. Por medio de la gracia de Jesús podemos volver a ser transparentes ante Dios.

¿Estás experimentando la libertad de volver a estar desnudo delante de Dios como Adán antes de su rebelión? En caso negativo ¿Qué te impide hacerlo?