2 CORINTIOS/ SIN SECRETOS / 2 CORINTIOS 5:11-17

...nuestra vida no tiene secretos para Dios. (2 Corintios 5:11)

Esta afirmación del apóstol Pablo parece obvia, sin embargo, si vamos un poco más allá de la superficie veremos que tiene mucho más sentido del que a simple vista se podría apreciar.

Somos conscientes -así lo enseña la Escritura- que el Señor conoce todas las cosas. Creemos y afirmamos que Él es omnisciente y el propio Salmo 139 en sus versículos finales indica la imposibilidad y quimera de intentar huir y escondernos de la presencia del Dios que todo lo sabe y escudriña. Todo eso es cierto, sin embargo, es diferente del hecho de que el Señor y yo no tengamos secretos porque yo, intencional y conscientemente, de forma voluntaria he decidido hablar con Él todas las cosas y de todas las cosas, incluso aquellas que son vergonzosas y/o pecaminosas.

Precisamente ese es el sentido de la confesión. La palabra griega que nuestras Biblias traducen por confesión es "homologeo" que, literalmente, significa estar de acuerdo con Dios. Cuando confesamos estamos de acuerdo con el Señor acerca de nuestro pecado, ni lo justificamos, ni lo racionalizamos, ni tampoco intentamos frivolizarlo o ignorarlo. Estamos de acuerdo que es algo grave que llevó a Jesús a tener que morir en la cruz por ello. Estamos de acuerdo, finalmente, en la necesidad de un cambio de actitud y/o conducta con relación al pecado.

Aquí creo que radica la diferencia entre el hecho de que Dios lo sabe todo y que entre Él y yo no existen secretos porque mi vida es transparente. De hecho, no hay nada, absolutamente nada, de lo que no haya hablado con el Señor abierta y llanamente, siendo realista y honesto con mi situación, reconociendo la necesidad de cambio en ciertas áreas y también la dificultad de ello. Para mí en eso consiste vivir una vida sin secretos ante Dios. Nunca nuestra relación con nuestro Padre será auténtica mientras haya secretos.

¿Hay secretos en tu vida? Si así fuera ¿Qué piensas hacer con ellos?