2 CORINTIOS/ ¿QUIÉN PAGÓ? / 2 CORINTIOS 5:18-21

Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado,[a]para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. (2 Corintios 5:21)

Algo que vale la pena aprender en la vida lo antes posible es que nada, absolutamente nada, es gratis. Puede darse el caso de que nosotros lo recibamos gratuitamente pero, alguien ha tenido que pagar para que nosotros tuviéramos la oportunidad y la ocasión de disfrutar de algo sin coste alguno. Podemos acostumbrarnos a recibir las cosas y obviar la pregunta acerca de quién está pagando por las mismas. Incluso puede darse el caso de que consideremos que no pagar precios es nuestro derecho y darnos las cosas gratuitamente la obligación de los demás.

Se nos ha dicho una y otra vez que la gracia es gratuita, sin embargo, esa es única y exclusivamente una parte sesgada de la realidad total de lo que es y significa la gracia. Es cierto que el depositario de la misma la recibe de forma total y completamente gratis, pero no es menos cierto que, para que eso haya sido posible, alguien ha tenido que pagar un alto y costoso precio. En nuestro caso, podemos disfrutar de la gracia porque Jesús ha pagado el altísimo precio de dar su vida para que nosotros no tengamos que darla.

Para que nosotros podamos ser tratados como justos por parte de Dios, Jesús tuvo que ser tratado de forma totalmente injusta. Si nos damos cuenta nosotros somos injustamente tratados porque alguien -Jesús- también fue injustamente tratado. Una injusticia que a nosotros nos lleva a la vida y a Él le llevó a la muerte.

Personalmente pienso que la única respuesta posible a eso, además de entender que nada es gratis y mi salvación no lo fue, es tratar a otros con gracia, la misma que yo he recibido.

¿Qué sentido tiene para ti saber que alguien inocente pagó por por un culpable?