1 CORINTIOS/ VIVIR CON SENTIDO DE URGENCIA/ 1 CORINTIOS 7: 25-40
Les prevengo además hermanos, que el tiempo se acaba. En lo que resta, los que están casados vivan como si no lo estuvieran, los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no fuera suyo lo comprado; los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran. Porque el orden natural de este mundo está en trance de acabar. (1 Corintios 7:29-31)
Es bien cierto que los primeros seguidores de Jesús vivían con un claro sentido de provisionalidad. Estaban convencidos, y así lo vemos en las Escrituras, que la venida del Señor era inminente, consecuentemente, eso afectaba su diario vivir, en ocasiones de formas disfuncionales, en otras saludables ya que tenían un claro sentimiento de expectación.
Hoy ya sabemos que la venida de Jesús, su segunda venida, no era tan inminente como los discípulos de aquel tiempo pensaban y esperaban. Pero nosotros, seguidores de Jesús en el mundo post-moderno creo que hemos caído en el polo extremo, a saber, perder el sentido de que su venida es real, sucederá, todo y que no tengamos más claridad en relación al cuándo que la que tenían las generaciones que nos precedieron.
Pero el prinipio que el apóstol refleja aquí -todo y salvando las distancias culturales- sigue siendo válido para nosotros porque además está en línea con lo que Jesús enseñó, es decir, vivir siempre el presente a la luz de futuro. Vivir hoy como si fuera el último tiempo. Vivir con esta perspectiva porque eso es un acicate para mantener nuestras prioridades y nuestro estilo de vida en línea con el Señor y su voluntad. ¿Cómo viviríamos si estuviéramos plenamente seguros que el Señor volverá en un año? ¿Qué cambios introduciríamos en nuestras prioridades, nuestras relaciones, nuestros valores, nuestras actitudes?
Ya lo afirmó con claridad el Maestro al hablar de nuestro estilo de vida. Estad atentos y vigilantes porque desconocéis el momento en que el amo volverá a pedir cuentas de tu mayordomía.
¿Con qué actitud vives tu vida presente? ¿Cómo te ayudaría en la práctica un cambio de actitud en línea con lo expuesto por Pablo y Jesú?
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