1 CORINTIOS/ LOS DONES/ 1 CORINTIOS 12:1-11
Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de funciones, pero uno mismo es el Señor. Son distintas las actividades, pero el Dios que lo activa todo en todos es siempre el mismo. (1 Corintios 12:5)
Abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas. De esta forma define el diccionario la palabra diversidad. El Señor es un Dios de diversidad. Miremos a donde miremos alrededor nuestro la podemos ver por todos los lados. La creación es un canto a la diversidad en el mundo mineral, vegetal y animal. Los propios seres humanos somos diversos en cuanto a razas, aspecto físico, psicología y un etcétera tan grande como desees. Como todo creativo el Señor ama la diversidad y nos ha dejado un claro testimonio de ello.
Pablo nos indica que esta diversidad también es patente en el mundo espiritual y en un único versículo, en tres ocasiones diferentes, se habla de la misma en relación con la acción del Espíritu Santo de Dios. Lo que me sorprende es que frente a la diversidad de Dios aparece la tendencia humana a la uniformidad y la exclusividad. Lo vemos cuando afirmamos que nuestra doctrina es la única válida y precisa interpretación de las Escrituras. Lo afirmamos cuando catalogamos a otros hermanos de heterodoxos porque no sostienen los mismos matices que para nosotros son vitales. Llegamos incluso a la osadía de negar las manifestaciones del Espíritu de Dios porque no encajan con nuestra doctrina de los dones espirituales. En ocasiones, me pregunto, si la tendencia a la uniformidad y la negación de la diversidad no será, una más, manifestación de los efectos del pecado en nuestras vidas.
Un Dios plural -Padre, Hijo y Espíritu Santo- creo -con todo respeto lo afirmo- no podía sino crear un universo diverso. Celebremos la diversidad, gocemos de ella y aprendamos a ver al Dios triuno en ella.
¿Puedes ver en ti evidencias de esa tendencia tan preocupante a la uniformidad? ¿Podrías hablar con el Señor de ellas?
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