1 CORINTIOS/ INOCENCIA/ 1 CORINTIOS 14

Hermanos, no os comportéis como niños en vuestros criterios. Tened, si, la inocencia del niño en lo que atañe al mal; pero en cuantos criterios, sed personas hechas y derechas. (1 Corintios 14:20)

Pablo indica que a la hora de reconocer la verdad y tener juicio y discernimiento -pues eso es lo que significa tener criterios-  los corintios se comportaban más como niños, es decir, como personas poco maduras que como seguidores de Jesús hechos y derechos.  Por el contrario, en relación a su conducta, no tenían la inocencia que atribuimos habitualmente a un niño. El apóstol les recomienda, precisamente, todo lo contrario, que a la hora de la conducta, en relación con el mal, sean como niños, pero sus criterios, su forma de pensar sean propias de un adulto, de una persona madura.

La única manera de desarrollar ambos aspectos en nuestras vidas es permitiendo la influencia de Jesús en nuestras vidas, concretamente, en la formación de nuestros criterios y en moldear nuestra conducta. Consciente de que lo que acabo de afirmar es bastante etéreo me veo precisado a concretizarlo y bajarlo al nivel de la vida cotidiana. Únicamente la Palabra del Señor puede moldear nuestra forma de pensar. Tan sólo cuando la conocemos y aplicamos van cambiando y transformándose nuestros criterios. Del mismo modo cuando consciente e intencionalmente imitamos a Jesús cambia nuestra conducta y nuestra relación con el mal.

Ambos, los criterios y nuestra conducta con relación al mal, son dos buenas pautas para evaluarnos ahora que termina el año.

¿Cuál es el resultado de esa evaluación en tu propia vida?