ROMANOS/ GUÍA PRÁCTICA PARA LA VIDA COTIDIANA 23/ EL BIEN Y EL CRECIMIENTO DEL OTRO/ ROMANOS 15:1-14
Que cada uno de nosotros procure agradar a los demás, buscando su bien y su crecimiento en la fe. Porque tampoco Cristo buscó su propia satisfacción... (Romanos 15:2-3)
Pablo es muy pragmático en su tratamiento de las relaciones entre los seguidores de Jesús en el contexto de la comunidad. A aquellos que tienen una fe poco formada les indica que no miren al otro, que Dios ya está al caso de cada situación y que cada persona debe ser responsable de su propia vida ante el Señor. A los que tienen una fe formada les anima a que sean conscientes de la debilidad de sus hermanos menos formados y cuando actúen tengan en mente edificarlos y no ser motivo de escándalo para ellos en el uso de su libertad.
Para unos y para otros el apóstol nos ofrece una pauta, una regla que será de gran bendición para la comunidad si nos decidimos a seguirla, a saber, estar siempre motivados por el bien del otro y su crecimiento en la fe. Yo me doy cuenta que, en muchas ocasiones, el cuerpo nos pide algo, nos sentimos impulsados a actuar de una determinada manera con respecto a nuestros hermanos en la fe, pero Pablo nos indica que apliquemos, antes de hacerlo, un filtro. Un filtro que nos ayude a pensar ¿Hará esto bien a mi hermano, le ayudará a crecer en la fe? Si podemos contestar afirmativamente a ambas preguntas, ¡Adelante!. Si la respuesta es negativa, ¡Freno! Si no tenemos seguridad, ¡Mejor no lo hagamos!
Es un criterio simple pero efectivo, buscar el bien y el crecimiento del otro. Y, además, para añadir motivación a nuestra conducta el apóstol nos coloca el ejemplo de Jesús quien nunca buscó su propia satisfacción -aunque legítima- sino se movió por la búsqueda del bien del otro.
¿Impulsa tu vida la búsqueda del bien y el crecimiento del otro?
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