PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ ESPIRITUALIDAD COTIDIANA/ 3:5-17

¿Ignoráis acaso que sois templo de Dios y morada del espíritu divino? (1 Corintios 3:16)

A diferencia de cualquier otra religión los seguidores de Jesús no tienen lugares sagrados. Existen, eso si, espacios de reunión donde los fieles se encuentran para animarse, motivarse, exhortarse y renovar la visión y el compromiso con el seguimiento del Maestro y un mundo roto y sus necesidades.

La Palabra afirma con rotundidad que somos el templo, la morada de Dios y eso tiene muchas implicaciones, más de las que, en ocasiones, nos han enseñado. Con frecuencia eso se ha relacionado con no fumar y no beber porque daña el templo de Dios, nuestro cuerpo. Poco o nada se ha dicho sobre vivir de forma sedentaria, la obesidad y otras prácticas que también lo dañan.

Pero para mí, hay una implicación más grande y más sería. Si el Espíritu de Dios habita en mí y yo soy su templo eso significa que 24 horas al día vivo en el lugar santísimo y estoy en la presencia constante del Dios vivo. Todo lo que hago, pienso, digo, omito, etc., se lleva a cabo en la presencia del mismo Señor y, consecuentemente, eso convierte en sagradas todas las dimensiones de la vida y la experiencia humana.

Esto es para mí la base para una espiritualidad de la vida ordinaria, del día a día, de la cotidianidad, pues al vivir en todo momento en la presencia del Señor, todo lo que hagamos o dejemos de hacer podemos convertirlo en un acto de adoración, de alabanza, en una ofrenda dirigida a aquel en cuya presencia desarrollamos nuestra vida. Eso permite que el trabajo, el descanso, el ocio, las relaciones interpersonales, el cuidado de la familia, el estudio y un etcétera tan largo como puedas hacerlo sean sagrados o lo puedan llegar a ser si, como dice el apóstol, en ello pones el corazón, haciéndolo para Dios y no para los hombres.

Recuerda, el domingo no debes de ir a la iglesia para encontrarte con Dios, Él no vive allá ni se persona en el horario del culto. El Señor vive en ti y eres tú quien lo lleva al lugar de reunión cuando te encuentras con otros seguidores del Maestro, ni más ni menos.