SALMO 86. UN CORAZÓN DIVIDIDO


Enséñame, Señor, tu camino
para que camine con fidelidad a ti,
unifica mi corazón para que respete tu Nombre.


Cuando uno se acerca al salmo 86 puede comprobar la existencia de tres divisiones naturales. La primera, que va de los versículos 1 al 7, expresa una profunda súplica elevada por el salmista. En ella se contrasta la tremenda necesidad del suplicante con el carácter de Dios.

La segunda parte, que abarca los versículos 8 al 13 es una estrofa de acción de gracias a Dios por su carácter y también por sus obras, que son descritas como incomparables.

La tercera y última sección del poema, que abarca desde el versículo 14 hasta el final del salmo, reemprende de nuevo el tono suplicante del autor ante la aparición de enemigos que no son identificados ni descritos.

En medio de la segunda estrofa, en la parte de acción de gracias, aparece el versículo que encabeza esta entrada. Me ha llamado la atención la petición y deseo del salmista de tener un corazón unificado. No habla de que su corazón esté roto a consecuencia de situaciones, circunstancias o experiencias, habla de un corazón dividido entre varias lealtades, la lealtad al Señor y la lealtad al pecado.

He pensado en mi experiencia personal y veo que refleja con total exactitud mi situación. Tengo la necesidad de un corazón unificado con una sola lealtad y una sola fidelidad. El problema, como siempre, es que el pecado es atractivo y aunque en sí mismo siempre lleva la muerte incorporada, ejerce una atracción y seducción y divide nuestro corazón. Me siento, por tanto, identificado con la oración del salmista porque deseo y necesito un corazón unificado que ande en una sola dirección, que tenga una sola lealtad y fidelidad.

Un principio

El pecado nos lleva a una esquizofrenia espiritual.

Una oración

Misioneros urbanos en Europa occidental, tratando de comenzar iglesias no convencionales en este continente postmoderno.

Comentarios

  1. Como bien dices al final necesitamos un corazón unificado que ande en una sola dirección que tenga una sola lealtad y fidelidad.
    Gracias,

    Pau

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  2. Como David inicia declarando su fidelidad al Señor y confianza y luego le pide que lo instruya para conducirse fiel e integro y que cada parte de su ser se una hacia este enfoque. Reconozco que en el caminar de mi fe siempre dependeré de Dios para terminar bien hasta el final, esa también es mi oración "únanse todas las parte de mi ser para reverenciar tu nombre".
    Shalom

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  3. Un corazón dividido no es feliz. El Señor a impuesto sus leyes en nuestro corazón, y éste nos acusa si no somos fieles. Además es difícil de mantener un corazón dividido. Nuestro corazón necesita no tener límites, saber decir "no" cuando sea preciso. Descansemos en Dios y seamos libres y felices con él. Y como compensación tambien lo seremos con los demás.

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