SER CAUSA DE PECADO


Marcos 9:38-49

Aquel que sea causa de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí,
mas le valdría que le arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello.

No hay unanimidad entre los estudiosos bíblicos si con la palabra "pequeños" Jesús se está refiriendo a niños o bien a creyentes débiles e inmaduros o a los dos. Para mí personalmente no es importante esta discusión.

Lo que si es importante, y se trata del punto clave de este pasaje, es si mi vida es ocasión para que otros pequen, se sientan desanimados o se vuelvan atrás en su fe y caminar con Jesús y, sin duda, aquellos que, por las razones que sean, son más vulnerables y débiles. Este pasaje me está retando a pararme, pensar en mi vida y ver qué tipo de influencia ejerzo sobre otros.

Estoy llamado a ejercer una influencia positiva sobre todos aquellos que me rodean, es lo que Jesús espera de mí como agente de restauración y seguidor suyo. Estoy llamado a ser de ánimo, estímulo, consuelo, edificación y ayuda. Ahora bien, si no quiero serlo, si no puedo serlo, al menos he de hacer un esfuerzo para no ser motivo de pecado para otros.

Un principio

¿Qué tipo de influencia ejerzo sobre otros, positiva, negativa o soy totalmente insípido?

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo con tu comentario, pero a mí, este pasaje me viene a la mente especialmente cuando conozco casos de líderes cristianos, pastores, obispos, miembros de alguna iglesia llamada cristiana, que han herido, dañado, abusado de otros más débiles, fieles, neófitos, adultos o, especialmente, niños. No puedo evitar en pensar en estas palabras de Jesús cuando oigo casos de pederastia, tan recurrentes y despiadados en nuestros días. No sé cómo aplicar lo de la piedra de molino, pero creo que como mínimo estamos llamados a denunciar a las autoridades los casos de los que tengamos conocimiento, al menos, para frenar el mal entre nosotros.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO