¿ERES HIJO DE UN DIOS?
Amorosamente nos ha destinado de antemano, y por pura iniciativa de su benevolencia, a ser adoptados como hijos suyos mediante Jesucristo. (Efesios 1:5)
Ponte en situación si quieres entender este pasaje. En el año 54 de nuestra era el emperador Claudio es asesinado por su familia y poco después es divinizado, es decir, convertido en dios. Nerón, su hijo y parte de la conspiración que acabó con la vida de Claudio se convierte en hijo de dios, el único mortal en un imperio de seis millones de habitantes con ese privilegio.
En contraste, tú eres un esclavo en cualquiera de las grandes ciudades del imperio, por ejemplo, Éfeso y has tenido la oportunidad de conocer el Evangelio y aceptarlo y resulta que te enseñan que hay un único Dios en todo el universo y ha decidido libremente adoptarte como hijo suyo. Tú, un esclavo, que ni siquiera eres considerado persona, sino un mueble, has sido elevado a la misma categoría que el emperador de Roma ¿cómo te sentirías?
Tal vez necesitamos valorar más el hecho de que cada uno de nosotros hemos sido adoptados por ese mismo Dios y hemos sido elevados a la categoría de herederos suyos juntamente con Cristo. No debería importar lo que otros piensen, digan o cómo nos valoren. Lo que realmente cuenta es la aprobación del Padre.
¿Qué valoras tú?
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