EL SEÑOR DE LA CREACIÓN
¡Qué abundantes son tus obras Señor!
El salmo 104 bien podría llamarse el salmo de la ecología. Es una poética descripción de la creación de Dios y de cómo de forma cariñosa continúa cuidándola y proveyendo para ella. No ha sido difícil para mí relacionarlo con la cumbre sobre el cambio climático que se lleva a cabo estos días en Egipto y como la humanidad, desde aquel fatídico episodio de Génesis tres, se ha convertido en destructora y depredadora de la creación en vez del papel de cuidadora y mayordoma de la misma.
Y esto me lleva a pensar cuál debería ser el papel de la familia del Señor en todo este asunto del cuidado de la creación y el buen uso de los recursos naturales. Me cuesta recordar a la Iglesia levantando una voz contra la destrucción descontrolada de la creación del Padre. Parece que este asunto tan importante, tan clave para el futuro de la humanidad, no tiene nada que ver con nosotros y no somos responsables de actuar ni individual ni colectivamente. Me cuesta entender una iglesia tan centrada en la eternidad que se olvida de los problemas del día, que mira tanto "al cielo" que no para atención a la tierra y todo el dolor y el sufrimiento que hay a nuestro alrededor. Tal vez el cambio climático es tan solo una evidencia de nuestra desconexión del mundo real.
¿Son tus conductas hacia la creación de destrucción o preservación?
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