CUARESMA, DÍA 25
Y Jesús les preguntó: ¿Creéis que puedo hacer esto?.—Mateo 9:28
Una vez uno ha identificado aquello que desea que el Señor le conceda, Jesús vuelve a invitarnos a la reflexión por medio de otra pregunta, la cual nos lleva a la introspección y a sopesar cómo es nuestra fe.
A nivel intelectual todos nosotros creemos que Dios puede hacer cualquier cosa que nosotros le pidamos pues, al fin y al cabo, es el creador y el sustentador del universo y todas las leyes físicas le obedecen sin rechistar.
Otra cosa muy diferente es confiar en que ello puede ser hecho en nuestras vidas, en nuestra experiencia única y singular y, consecuentemente, tomar el riesgo, pues la fe, el confiar, siempre implica una medida de riesgo, de dar los pasos necesarios para poder experimentar a Dios actuando.
Al leer este pasaje y pensar que cada vez me estoy volviendo más mayor y que la pers- pectiva económica del futuro parece ser cada vez más sombría viene a mi mente la pregunta de Jesús ¿Crees que puedo proveer para tus necesidades aunque no tengas la capacidad de visualizar cómo? ¿Realmente lo crees? Y eso, naturalmente, me invita a reflexionar, a inclinarme y ganar distancia y perspectiva sobre mi propia experiencia de fe antes de contestar.
Y tú ¿Qué necesitas de Jesús?
¿Crees realmente que lo puede hacer?
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