ENCUENTROS CON JESÚS: ZAQUEO
Zaqueo, baja enseguida, porque es preciso que hoy me hospede en tu casa. Zaqueo bajó a toda prisa, y lleno de alegría recibió a Jesús en su casa. Al ver eso, todos se pusieron a murmurar diciendo: -Este se aloja en casa de un hombre de mala reputación. (Lucas 19:1-10)
Jesús era un provocador; transgredía las costumbres religiosas de la época de manera abierta. Además, le tenía sin cuidado su reputación. Su asociación con la gente socialmente despreciable era notoria y se llevaba a cabo a plena luz del día, en contraste con los fariseos o maestros de la Ley cuando querían hablar con Él lo hacían de noche, a escondidas, precisamente para poner a salvo su reputación pública.
Pero, para el Maestro lo último que contaba era su reputación y lo que los demás pudieran pensar de Él como consecuencia de sus asociaciones con personas consideradas por los religiosos en un rango que iba desde despreciables hasta lumpen social. Jesús ponía en el centro del ministerio al ser humano y sus necesidades. Él, como afirmó, no venía para ser socialmente respetable, sino para buscar lo que estaba perdido. Consideraba que mostrar el amor y la aceptación incondicional del Señor bien valía ser cuestionado, criticado, censurado y carente de respetabilidad.
¿Quiénes nos representan mejor -en la realidad, no hagamos juegos teóricos- en esta historia, los fariseos o Jesús?
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