BREVE CURSO DE FELICIDAD, 4
Un día seremos semejantes a Él. (1 Juan 3:3)
A mediados de los años 40 del siglo pasado Abraham Maslow escribió su, Teoría de la motivación humana. Obra que tuvo y sigue teniendo una gran influencia en la psicología. Maslow explicaba que existe una pirámide jerárquica de necesidades humanas que van, desde las más básicas en la parte inferior de la pirámide, hasta las más elevadas en la cúspide de la misma. Conforme estas necesidades se van cubriendo vamos ascendiendo a otras más importantes hasta llegar a la culminación de todas ellas, la autorrealización.
En el pensamiento de Maslow la autorrealización consiste en ser la mejor versión posible de nosotros mismos. El mejor ser humano posible en función de nuestras habilidades, capacidades, competencias, en resumen nuestro potencial. Me hace pensar que está tremendamente alineado con el pensamiento bíblico; precisamente Jesús es el representante de una nueva humanidad. Cuando miramos al Maestro podemos ver al auténtico ser humano, lo que cada uno de nosotros hubiéramos podido ser si el pecado no nos hubiera convertido en la miseria que somos. Al mismo tiempo, cuando miramos a Jesús, se nos genera la esperanza de que parecernos más y más a Él es llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos.
No se puede ser feliz, según el planteamiento de Maslow, sin ser la mejor versión posible de nosotros mismos. Pero, ¿cuál es esa versión? Jesús nos enseña lo que significa ser un genuino ser humano.
¿Cuál es la mejor versión de ti mismo? ¿En qué medida Jesús es la inspiración de lo que significa ser tu mejor versión?
Comentarios
Publicar un comentario