SENTIRSE AMADO (SALMO 108)

 



Tan grande y constante es tu amor que llega hasta los cielos. (Salmo 108:4)


Cuando leía este salmo pensaba en la diferencia entre saberse amado y sentirse amado. Lo primero, es mental e intelectual. Es saber y estar de acuerdo con una determinada información porque la hemos procesado, entendido y, consecuentemente, podemos asentir y alinearnos mentalmente con ella.

Sentirse amado es experimentar el amor. Una persona puede saberse amada y, sin embargo, no sentirlo ni vivirlo en su realidad cotidiana. Por tanto, ¿Qué siente uno cuando se siente amado, cuando experimenta amor? He pensado en mí mismo y qué sucede en mi vida cuando experimento amor.

Me siento con la persona que me ama: seguro en mi relación con ella. Aceptado incondicionalmente, no debido a, sino a pesar de. Siento que el vínculo no se puede destruir fácilmente, que puede sobrevivir a las pruebas y las decepciones. Perdonado cuando he fallado y no he estado a la altura de las circunstancias. Escuchado y con la libertad de expresar lo que siento y pienso sin necesidad de ser políticamente correcto. Comprendido. Con la posibilidad de tener segundas y terceras oportunidades. Con la certeza de que siempre se espera lo mejor de mí, que mis historias pasadas no condicionan la visión de mi presente ni mi futuro. Valorado. Dignificado. Cuidado. Desarrollado.

Pues todo eso y más multiplicado hasta el infinito. El salmista, como no puede expresarlo de otra manera afirma que el amor que Dios tiene por ti y por mí llega hasta el cielo.

¿Lo sabes? ¿Lo experimentas?

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