EL PROBLEMA DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO: LA ESCUELA DE DOLOR
Y aunque era Hijo, aprendió en la escuela del dolor lo que cuesta obedecer. (Hebreos 5:8)
Yo no creo que Dios envíe el dolor y el sufrimiento, aunque respeto, como no podría ser de otra manera, a aquellos que si lo afirman. Sin embargo, si que estoy convencido de que existen en la vida pocas escuelas tan valiosas en nuestro desarrollo como seres humanos, incluida, por supuesto, la dimensión espiritual, como el dolor y el sufrimiento. Ambos tienen la capacidad de llamar nuestra atención de manera pertinaz. No nos hablan, nos gritan y exigen atención y, si se la prestamos, pueden ser increíbles maestros como lo fueron, tal y como nos indica, el pasaje de Hebreos. Se le atribuye a uno de los históricos reformadores protestantes esta frase: "Dios susurra en los placeres y nos grita en los dolores".
William Barclay, el conocido erudito bíblico, comenta así este pasaje: "Dios habla al hombre en las múltiples experiencias de la vida y no menos en las que ponen a prueba lo íntimo del corazón y del alma. Pero solo podemos escuchar esta voz de Dios cuando con reverencia aceptamos lo que nos ocurre. Si lo aceptamos con resentimiento, entonces los gritos rebeldes de nuestro propio corazón nos hacen sordos a la voz de Dios".
Habrá ocasiones en la vida en que el dolor y el sufrimiento serán inevitables, no podremos huir de ellos. Sin embargo, será opcional el que los aprovechemos para que el Señor trabaje en nuestras vidas por medio de ellos. Dependerá de nosotros que dolor y sufrimiento pasen por nuestras vidas sin habernos ayudado a crecer, a madurar como seres humanos y seguidores de Jesús. Será un dolor inevitable pero desperdiciado.
¿Qué quiere enseñarte el Señor por medio del sufrimiento en estos momentos?
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