SALMO 66/ CONTAR

Venid y oíd; yo os contaré a cuantos veneráis a Dios, lo que Él ha hecho por mí. (Salmo 66:16)

Hace tiempo que tomé la decisión de que no iba a dejar de dar crédito a Dios en mi vida delante de la gente; tanto de aquellos que conocen a Dios como los que no tienen ese privilegio. Quiero hacerlo porque mi vida no puede ser explicada, de ninguna manera, al margen del Señor y mi relación con Él, no tiene sentido, es imposible entenderla. Por eso, cada vez que comienzo un nuevo semestre en mis clases en la universidad, el día de las presentaciones, después de haber compartido todo mi amplio currículum académico les comparto a mis alumnos que soy pastor en la iglesia protestante de la ciudad de Barcelona. Desde el primer día quiero dejar claro que eso forma parte intrínseca, inseparable de quién yo soy.

El salmista nos invita a contar todo lo que el Señor ha hecho por nosotros ¿Lo necesita Dios? ¡En absoluto! Lo necesito yo y lo necesitan mis oyentes. Para mí es preciso porque antes de proclamar debo pararme a pensar y tratar de identificar las formas en que Dios ha actuado en mi vida. Si las identifico experimentaré gozo; en caso contrario, es algo preocupante, debo pensar qué sucede en mi vida que no tengo la capacidad o sensibilidad de detectar su intervención porque, como Jesús bien no enseñó, el Padre siempre está trabajando. 

Para mis oyentes es también un motivo de gozo -ver que Dios intervienen en la vida de otros-, también de esperanza -puede intervenir en mi vida- y un reto -tratar ellos mismos de notar la sutil actividad del Señor en nuestras vidas. Nada me produce más tristeza que un domingo en la mañana, en la reunión de la comunidad, a la pregunta del que preside ¿Qué ha hecho Dios en tu vida esta semana? sigue un silencio sepulcral.

¿Qué ha hecho Dios en tu vida en los últimos días?